jueves, 2 de junio de 2011

Mujer: De la Diosa encarnada a la princesa de porcelana


La mujer, en tanto organismo biológico, tiene dos funciones primigenias, parir y criar, esta es una verdad innegable que el feminismo ha intentado enmascarar como una enajenación masculina, machista, etc. pero ello no cambiará, al menos no en miles de años, en tanto nuestra impronta genética nos dicte la diferenciación entre el hombre y la mujer; desgraciadamente, algunas feministas (hembristas a mi parecer) se niegan a reconocer su función en la vida. Esta condición biológica, no obstante, siempre se ha supeditado, bueno, siempre desde que los cromañones dominaron la tierra, a los patrones culturales, a los significados que se atribuyeron socialmente (inclusive en las más primitivas culturas) a los cuerpos masculino y feminino; en el origen, la mujer fue un misterio, y el misterio se hizo diosa, y la diosa se hizo religión. Quienes vivimos en el eterno retorno del rescate de las diosas tenemos claro el papel de la mujer por aquél entonces. La historia permite entrever que el culto a la mujer permitió el origen de las religiones, ¿por qué las mujeres se volvieron diosas?, porque daban vida, esa era la fuente del misterio y del culto, la mujer fue Diosa, y se le trató en consecuencia.
Sin embargo, todo ciclo llega a su fin, fue el advenimiento de la agricultura y el sedentarismo el que dio origen a los cultos masculinos, por qué? Pues porque el sol, el padre, el hombre, era quien regía los ciclos de las cosechas, la diosa y el dios, su consorte, se unían para dar vida a la tierra....pero en un momento esto ya no fue suficiente, así llegó el patriarcado y se ha instaurado durante poco más de dos mil años (nada en realidad, comparado con los más de quince mil años -rastreables- de mariarcado); en el cual, el papel de la mujer se ha difuminado, pero no son los hombres quienes marcan la regla, han sido las propias mujeres, las educadoras, las madres, las necias, etc.
Planteemos la cuestión, el hombre busca mujer joven y fertil y la mujer macho fuerte y proveedor, a pesar de la tecnología sólo hemos adaptado del dictado de los genes. pero, por qué será que las mujeres se obsesionan con su físico, con su cuerpo....durante cientos de años las mujeres han adoptado diferentes modas, cada una de las cuales se presume exaltaría su belleza, pero son, en realidad, disfraces de su cuerpo natural, pasando por gorda, rellena, flaca, boluda, acinturada, con vestido o pantalón...siempre es la misma historia aunque sea diferente objeto, la mujer se disfraza para agradar....Lo que llama la atención es que no lo hace por salud, o bienestar, o para ser feliz, la mujer no para de adoptar modas y disfrazarse porque nunca está feliz y plenamente satisfecha, precisamente porque se ha negado su propia corporeidad, su cuerpo no le pertenece, es de la sociedad, de sus caprichos, no de ella.
En la época actual, sabemos que ser gordo no es saludable, hay que ser atlético, para tener salud, que tanto se esfuerza una persona es decisión individual, pero existen dos extremos el de la "gorda feliz" y el de las princesas de porcelana. Dudo que haya gordas felices, especialmente en una sociedad que todo el tiempo bombardea con una imagen negativa, casi tóxica, de las mujeres gordas... en el polo opuesto, las princesas de porcelana, tan frágiles como el cristal, listas para la muerte, desfilan por el mundo bajo el lema "nadie dijo que fuera fácil ser una princesa"; mujeres que aprendieron a odiar su cuerpo, al extremo de matarse lentamente, cada día un poco más, aborreciendo a quien las mira de frente en el espejo....Y quiénes son las responsables, si no las propias mujeres, que perdimos nuestra calidad de diosas, para volvernos esclavas de la industria, trabajadoras, consumidoras, gatas de la casa, y muñecas de plástico que atienden a los llamados de la sociedad?
Al final, todo esto...cambia algo para alguna de nosotras?
Por mi parte quiero volver a mi peso de 58 kgs. (de manera sana, claro está!), hago ejericicio, uso cremas hidratantes, me maquillo, me arreglo todos los días (y no, no me interesa algo que no involucre salud y bienestar)...no me siento oprimida por el hombre ni por la sociedad "machista", me siento más observada por "otras", que me miran y opinan de mí... más que por cualquier otro miembro de la sociedad...la mujer es la hiena de la mujer...

3 comentarios:

  1. Es cierto, la mujer es una hiena...menos solidaria con otras mujeres que los hombres entre ellos...

    ResponderEliminar
  2. EL CUERPO FEMENINO EN LA MODERNIDAD

    En una primer instancia el título de, el cuerpo femenino en la posmodernidad, me llevó a una idea pretenciosa y dizque teorizante sobre la composición informe propia de los cuerpos (materia), y como es que adquiere su forma en lo definido como lo femenino o masculino. Sin embargo como hace ya algún tiempo soy participe del bien aprovechado cuerpo masculino, quiero confesarme como quasi ignorante sobre lo referente al cuerpo femenino, un espectador que convive cuerpo a cuerpo (masculino y femenino) en la modernidad.
    Desde una corta edad la enseñanza y el aprendizaje de lo masculino definió y marco mi vida, haciéndome una clara idea del mundo, creo, anterior a la adquisición de una conciencia de genero, como masculino frente a lo femenino, identificando lo femenino como lo delicado, lo apreciable, lo estético, lo hermoso, tan diferente a lo rudimentario y quasi humano de lo masculino en relación a lo femenino. Sin embargo voces en diferentes ondas replican cada vez como más fuerza y casi al unísono, sobre todo en una conferencia sobre derechos e igualdad de la mujer, o equidad de genero. Que, más pareciese que lo femenino, se separa de todo aquello que Leonardo, miguel ángel, Rembrandt imaginaron, ya en alguna ocasión por medio de ese tipo de ideas alguna feminista trasnochada, me acusó de ser probable causal de que se le apuntara con un arma por esta forma de pensar. Sin embargo considero que existe una confusión, entre el cuerpo femenino en la modernidad con un hembrismo en la modernidad, pareciese, pues, que va lo femenino y el cuerpo de ambos sexos, en un discurso propio de una modernidad --por demás desencantada--en donde difícilmente cada cual cumple la función que integre y provea bases para las siguientes generaciones, una falsa idea donde la certeza, pierde su significado mismo que a lo largo del ultimo siglo y en lo que va de este, se desvaneció con el tiempo, mientras las bebíamos con una Coca Cola, viendo Family Guy.
    Considero que la posición del cuerpo al igual que el rumbo del mundo se nos presenta en un estado de incertidumbre, sin definición, sin una esencia real. El cuerpo como la identidad están rebasados por la misma descomposición en que nos encontramos imbuidos, victimas confusas de un orden aparente e individualistamente cooperativo.
    El cuerpo ha dejado de diferenciarse, más que en aquellos formalismo e institucionales; es el objeto un bien de intercambio, de compra y venta (donde lo masculino y lo femenino, es algo parecido como una Jeep y un Challenger) o un Hermenegildo y un Chanel. Un objeto funcional, productivo, eficiente, y actualizable, mientras pervive aquella sobra inmiscuida entre los souvenirs del sujeto que en algún momento fue muso o musa inspiradora subjetiva de la belleza. Convirtiéndose pues, en un proceso de consumo, que se consume a sí mismo, mientras representa un papel propio de las necesidades y exigencias que se esperan del producto humano con ansía a ser comprado y consumido, encontrándose ya lista la siguiente tendencia, la siguiente moda, aún a costa de propio aniquilamiento del cuerpo femenino y masculino.

    ResponderEliminar
  3. Somos unas hienas, que miedo

    ResponderEliminar